La energía no se crea ni se destruye solo se transforma
Hoy, después de acumular experiencias en el estudio de la energía desde muchos puntos de vista, comparto mi forma de entender la ley de la conservación de la energía que plantea: «la energía no se crea ni se destruye solo se transforma«. Un análisis simple que cambio mi visión de la vida y cómo se puede construir esperanza.
Un día cualquiera, después de realizar mi ejercicio matutino y llevar mi mente por diversos momentos, recordé una competencia cuando estudiaba noveno grado. Solo era trotar 3km por los alrededores del colegio en mi Ocaña bella. Ni haciendo trampa logré cruzar la meta. Al otro día, mis compañeros me tomaron del pelo. Días después, mi profesor de educación física, me lo recordaría con un test de Cooper en la cancha de fútbol. Pero ¿por qué no terminé la carrera? Al día de hoy no encuentro esa respuesta, sin embargo encontré una coincidencia que me llevó a entender que la energía no se crea ni se destruye solo se transforma.
Siempre me ha gustado practicar deportes. En Ocaña hice parte del club de fútbol once deportivo, del equipo de fútbol del colegio pero desde que tomé una raqueta, amé el tenis de mesa. Más tarde, durante mi vida universitaria, practique el tenis de mesa hasta alcanzar a jugar a nivel profesional, alcanzando ser la raqueta 24 de Colombia.

Pero las lesiones en mis tobillos fueron calando en mi cuerpo y mente, apagando mi principal fuente de desahogo. Mi responsabilidad profesional gano terreno abriendo puertas de un mundo lleno de oportunidades. La responsabilidad de ser ingeniero electricista llegó a mi vida. Inmediatamente, continúe como mi formación en maestría.
Ingresé a la planta docente de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Acompañe procesos de investigación en la Universidad de los Andes. Mucho trabajo, poco tiempo y por tanto, mi amado deporte se fue quedando sin oportunidad. A mis 24 años, me fue absorbiendo la responsabilidad laboral y profesional.
Pero «todo llega en el momento preciso”. Llegó el momento de abrir mi corazón a la mujer que hoy ilumina mis días y me impulsa cada mañana para ser mejor. En equipo llevamos de la mano a 2 bellos retoños que llegaron a transformar nuestra vida. En consecuencia, mi mente se llenó de luz, juegan con mi corazón y mi mente almacena más recuerdos, momentos, sonrisas y tristezas. Sin darme cuenta me he transformado en padre de una hermosa familia.
Mientras acumulaba transformaciones en mi vida, he encontrado personas que motivaron mi regreso al deporte, a recordar mi infancia y sentir nuevamente la competencia. De nuevo llegó el fútbol, entrenamientos de madrugada entre semana y competencias los fines de semana. Pero les confieso que correr seguía siendo para mí una meta muy dolorosa que mis piernas recordaban una y otra vez.
En realidad, no recuerdo el primer día que decidí salir a trotar, ni la distancia que logré pero después de 7 años de haber iniciado esa locura llamada running, hoy los recuerdo en mi mente me acompañan en cada paso que doy. Alimentación saludable, hidratación permanente, zapatillas para trotar, ropa adecuada y mucho estiramiento, se han convertido en el pan de cada día.
Pero ¿qué pasó con mis dolores en mis piernas, las lesiones y todo aquello que me impedía trotar? Sencillamente aprendí a controlar mi mente, transformar la energía y convertirme en un atleta que disfruta cada paso y lugar que conoce, disfruta de la compañía y los amigos, pero que principalmente disfruta su familia. Con todo esto, he alcanzado más de 50 metas y la más importante, terminar mis primeros 42195 metros en Panamá. Sin embargo, ¿qué pasó en aquella competencia que no pude terminar en el colegio?

Después de seguir buscando esa respuesta que me deje tranquilo, una transformación se sumó a mi vida. La construcción de imágenes reales de recuerdos, lugares y paisajes de viajes realizados con mi familia, abrió mi mente y corazón a la fotografía. Hoy la fotografía documental de naturaleza y conservación es mi emprendimiento. Enseño a dar gracias y a reconstruir lazos para la protección de nuestra biodiversidad.
Al comienzo no tenía clara mi respuesta, pero encontré un punto de partida: la energía. En primer lugar en el colegio decidí estudiar electricidad y electrónica que motivo mi formación profesional de ser ingeniero electricista. En segundo lugar, como deportista he entendido que la energía se debe administrar adecuadamente para lograr correr un kilometro durante 42 veces o terminar un partido de fútbol. Finalmente, sin energía la fotografía digital no te permitiría retratar momentos mágicos de tu vida y congelar recuerdos que motiven a seguir buscando la respuesta a preguntas que sólo podrás responder tu mismo.
Hoy después de 47 años de vida y en transformación permanente, centro mi desarrollo profesional y de emprendimiento en el desarrollo de soluciones IOT articulados con proyectos fotográficos documentales con el objetivo de sensibilizar a cada uno de los habitantes de nuestro planeta en la conservación y protección de sus riquezas naturales con iniciativas como Colombia Natural o Paramundos: la llave fuente de vida.
Con mi experiencia como profesor universitario y fotógrafo profesional articulo cualquier tipo de iniciativas en el desarrollo de sistemas electrónicos y fotográficos para seguir construyendo transformaciones de vida. De igual forma, participa en nuestras excursiones ambientales mensuales para que recargues energías apoyando iniciativas ecoambientales.
Anímate a entender la ley de conservación de energía para que encuentres el sentido de tu vida. Te aseguro que tus proyectos se fortalecerán y así entenderás que “la energía no se crea ni se destruye solo se transforma” en tu vida.

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Te invito a mi MALOCA para que aprendas muchas cosas sobre fotografía, proyectos, conservación y si te animas, te enseñaré a construir tu propio proyecto fotográfico para que, entre todos conservemos y protejamos la biodiversidad.